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Historia de Vida – Convicción, pasión, curiosidad y profesionalismo

Dr. Recaredo Ramón Valderrabano – Anécdotas, Experiencias y aportes científicos del gran especialista. Su legado a la Medicina y unión al Colegio Médico de Tucumán.

La toma de decisiones es el proceso mediante el cual se realiza una elección entre diferentes opciones o formas posibles para resolver diferentes situaciones en la vida en diferentes contextos. A veces puede ser confuso, difícil por las emociones o amplio el abanico de opciones, justamente porque tomar una decisión nos puede llevar por un camino en la vida, el Dr. Valderrabano estaba seguro y confiado cuál era ese camino, desde que comenzó esta nota sabía exactamente qué iba a contarme, había preparado sus libros y anotado todos los detalles sobre Vasculitis; pero la más importante de esas decisiones fue la primera que expresó: “yo tenía claro que quería ser médico”

Nací un 24 de Agosto de 1934, en San Pedro de Colalao, localidad de Trancas. Hice mi escuela primaria en San Pedro de Colalao, luego me formé en el Colegio Sagrado Corazón en un internado, ahí realicé los primeros tres años de bachilleratos, luego hice los años que faltaban en el Colegio San Francisco. La decisión de ser médico la tenía desde muy chico, no me costó nada decidirlo, tenía claro que quería ser médico.

Sin dudas en su camino, ingresó a la Facultad de Medicina al segundo año de creación de la misma, en 1955 pospuso brevemente sus estudios por el Servicio Militar y cuando retomó la carrera tenía decidido ser Clínico, recuerda que se recibió un 15 de Septiembre de 1958.

Tenía un alto promedio, de manera que recibí fácilmente una beca incompleta, era una beca que daba en aquella época la UNT para realizar una especialización en España. Así que efectivamente fui a España a hacer el curso. Este cursado era especialmente de Cardiología, en el Instituto de Investigaciones Científicas y Médicas de Madrid Nuestra Señora de la Concepción.
El centro fundamental de la clínica era dirigido por el Profesor Dr. Carlos Jiménez Díaz, mundialmente famoso, un tipo respetadísimo, tenía una memoria extraordinaria y una capacidad clínica poco vista. Además, era bien ordenado, estricto, cuando él llegaba a la mañana, ahí, a la explanada de la clínica, todos los médicos ya estaban formados en fila, esperando su llegada.

Realicé el curso en la sección Cardiológica dirigida por el Profesor Juan Varela de Seijas, en un ambiente dotado de todos los adelantos últimos para esa época, durante 9 meses.

Asistí también, al Hospital Provincial de Madrid, donde estaba otro famoso clínico y también investigador, era el Dr. Gregorio Marañón. Su perfil era lo opuesto al de Jiménez Díaz, más bien alto bonachón, abierto, casi no participaba; muy sencillo, estimulaba mucho a sus colaboradores. A nivel de clínico el Dr. Jiménez Díaz era superior; pero a nivel investigador y como tipo culto e interesante, interesado especialmente en Endocrinología, el Dr. Marañón lo superaba.

Cuando regresó al país, lo contrataron de la UNT para trabajar en un pequeño instituto de Cardiología que comenzaba a formarse en el Hospital Padilla. A cargo del luego Ministro de Salud Dr. Carlos Roberto Fernández, junto a él organizaron este sector y se destacaron siendo el primer lugar en Tucumán donde realizaban cateterismos cardíacos e iniciaron trabajos de investigación clínica al respecto. Hasta el año 1965 donde inicia su carrera como Profesor de la Facultad de Medicina.

Durante ese período, la especialidad clásica era la cardiología y Tucumán se destacó en ese momento. Muchos tucumanos fueron importantes a nivel nacional: León de Soldati, Pedro Cossio (médico de Perón), Lozada; que luego quedaron en la historia de la Cardiología. Durante el Peronismo, las ayudantías docentes se daban por nombramiento, pero usted tenía que ser afiliada a la Confederación General Universitaria (CGU), sino, no le daban por más mérito que tuviera. Después de la Revolución Libertadora del 1955, se abrió el concurso para pasantías. Por eso, seguí adelante, gano el concurso y soy Ayudante de la Cátedra de Semiología, durante casi dos años, luego me pasé a Clínica Médica; me gustaba más la especulación médica.

El Dr. Recaredo Valderrabano, recuerda que era complicado mencionar su apellido y a eso sumaba su nombre. Recaredo es un nombre de origen visigótico; los visigodos dominaron España entre el siglo IV y el siglo VII, dos de los reyes visigodos se llamaban Recaredo y Recadero I es importante en la historia de España porque convirtió al pueblo español del arrianismo al catolicismo, en la época de San Isidoro (año 496).

Cuando me hice cargo de las ayudantías de Clínica Médica, trabajé al lado del Profesor Dr. Carlos Landa, un hombre sumamente culto, que no le gustaba mucho el ejercicio de la profesión, pero sus clases eran magistrales, deleitaba con sus clases de historia de la medicina. El profesor Landa, me reconoció al instante, fue el único que sabía la historia de mi nombre, tanto así que dijo, “aaah mi visigótico amigo”. Se ve que conocía bien la historia, me sorprendió de inmediato, porque nunca nadie me había reconocido así.

Fue así como pasó por los diferentes cargos, desde Ayudante Docente, Jefe de Trabajos Prácticos, Profesor Adjunto y en 1987, Profesor Titular de la Cátedra de Clínica Médica III. Asimismo, fue pasando por diferentes cargos en el Hospital Padilla, hasta llegar a ser Jefe del Departamento, nuevamente de su especialidad. Otra vez, el Dr. Valderrabano, tan seguro de sí mismo y de lo que le gustaba, nunca quiso formar parte de los cargos políticos.

Desde 1987 hasta Diciembre de 2005 me desempeñé como Profesor Titular por Concurso de la Cátedra de Patología y Clínica Médica III, años durante los cuales ejercí la Docencia, dirigí la Cátedra, realizando trabajas de investigación clínica, tomando exámenes y siendo jurado de concursos, asistiendo a Congresos y reuniones científicas y escribiendo artículos y los libros que más adelante menciono.

Por otra parte, desarrollé mi actividad médica privada durante 60 años, desde 1959 hasta Diciembre de 2019, atendiendo en mi consultorio pacientes privados y de otras obras sociales, que juntamente con mi actividad hospitalaria y docente me dieron gran experiencia y satisfacciones.

El último cargo importante que ejercí en la Facultad de Medicina fue el de Secretario de Posgrado, desde Marzo de 2010 hasta Mayo de 2018, y durante el cual creamos el Consejo de Maestros y la Academia de Ciencias de la Salud, promovido por el Decano Mateo Martínez.

En más de dos oportunidades me designaron para ser Director del Hospital Padilla, es más, una vez ya estuve nombrado, pero fui a pedir que me borren porque no quería. Los cargos políticos no me gustaban, soy poco político, me gustaba el orden y el trabajo y no considero que tenga esa personalidad, prefería cuidar mis coronarias.
También fui Director de Medicina Preventiva, como parte del Ministerio de Salud, un cargo en el que duré tres meses y en otro período, no acepté ser candidato al cargo de Decano de la Facultad de Medicina, pero si fui Vicedecano, elegido por el Consejo Directivo, acompañando al Dr. Carlos Fernández. Este cargo igualmente duró muy poco, ya que justo llamaron a concurso para Profesor Titular, y yo prefería y me gustaba eso, me dediqué de lleno a la Cátedra, me gustaba la docencia médica y el trabajo con pacientes, es lo que quería hacer y lo que sabía hacer bien, además no era mi métier, eso de la administración, prefería perder unos pesos, pero estar en mi materia.

Su vinculación al Colegio Médico de Tucumán, fue apenas volvió de su beca en España. Su número de Socio 567/3 delata su pronta vinculación a la institución. Y no sólo fue candidato a Presidente del CMT, sino que parte integrante de los fundadores de la Sociedad Tucumana de Medicina Interna.

Fui miembro de la Sociedad Tucumana de Medicina Interna, prácticamente la creamos a la Sociedad en el año 1968, junto al Dr. Heredia, Dr. Fernández, Dr. Galíndez, Dr. Astorga, entre otros.  En determinado momento fui Presidente de la Sociedad, en ese período estaba un poco abandonada y la reflotamos especialmente con el Dr. Astorga y el Dr. Sosa. Estuve al frente durante 3 años y fui tesorero durante muchos años. Hasta hace unos años delegué a la Dra. Mariela Luna y después lo propusimos al Dr. Pera, y hoy, está al frente Dr. Carlos Fernández Hijo.

Con su relato e historias, no es extraño hablar ahora de la patología que llamó su atención. Estudiando clínica y especulación médica, se encontró con la Vasculitis, definida por él mismo como: las vasculitis son un gran grupo de enfermedades caracterizadas por producir una inflamación y necrosis fibrinoide de los vasos sanguíneas, (arterias, arteriolas, venas) que pueden producir obstrucción o ruptura de vasos sanguíneas y son de patogenias inmunológicas.

La cosa comienza allá por los últimos años de mi carrera, todavía estudiante de patología médica, rápidamente llamó mi atención un grupo de enfermedades que se las denomina de distintas formas, pero que hoy en día son muy comunes, a veces no muy conocidas por los médicos. En ese grupo de enfermedades están el lupus eritematoso diseminado, las polimiositis y dermatopoliomiositis, la artritis reumatoidea, la esclerodermia y las vasculitis.

En determinado momento salió un libro de otro profesor eminente de Barcelona (España), se llamaba Agustín Pedro Pons. Este libro que salió en los años 60, las denominó, a este grupo de enfermedades, como colagenopatías o enfermedades del tejido conectivo. Hablaba que la materia pecante era justamente el colágeno, por eso se les llamaba colagenosis y la lesión era necrosis fibrinoide del colágeno, entonces todo ese misterio de este tipo de enfermedades me atrajo inmediatamente, me cuestionaba… Pucha que enigmático y cómo es la cosa, y cuál será la causa, y qué analizo. Este grupo de enfermedades se caracteriza por ser sistémicas, es decir, que afectan a diversos órganos y tejidos, a diferencia de las enfermedades de órganos (corazón, pulmón, hígado), por atacar el tejido conectivo que forma el esqueleto (intersticio) de todos los órganos.

Y en base a este libro de Pons y numerosas otras bibliografías, más mi experiencia personal, es que escribí mi libro: Patología y Clínica de las Vasculitis.

Los libros publicados por el Dr. Valderrabano sobre: 1. Sintomas y Signos dedicado a Diagnósticos Diferenciales; 2. Endotelio; 3. Vasculitis.

 

En uno de ellos con dedicatoria a su familia, otro con un Prólogo redactado por el Dr. Carlos Fernández, ex Presidente del CMT.

 

El gran especialista afirma que la inmunología ha crecido espectacularmente entre los años 50, y ahora se desarrolló de forma fenomenal. Hoy, se sabe que esas enfermedades, son enfermedades inmunológicas. Al respecto y como médico apasionado de la especulación y entusiasta al análisis, explica su relación de Vasculitis y Coronavirus.

Hay un tipo de vasculitis que se está dando con el Covid-19, es el síndrome inflamatorio sistémico, similar a la enfermedad de Kawasaki. Es más, la neumonía producida por el coronavirus, viene a ser una forma de edema pulmonar localizada por vasculitis, debido al virus en los pulmones. Y eso mismo le hace a los riñones, al cerebro, e inclusive se han descripto muchas trombosis y esas trombosis, son por daño endotelial.
Hoy, el endotelio vascular es considerado un componente importantísimo de los vasos sanguíneos. El coronavirus es un virus que daña al endotelio vascular; produciendo alteraciones especialmente en los pequeños vasos (arteriolas, capilares, vénulas), especialmente en los pulmones. Hay un choque inmunológico importante, es decir los síntomas aparecen a los 7 o 10 días cuando los anticuerpos ya están formándose y contraatacando al antígeno viral, y ahí se produce liberación de sustancias (citoquinas, interleuquinas, factor de necrosis tumoral, etc.) que provocan inflamación de los vasos.

Como excelente profesor, brindó todos los detalles y conocimiento al respecto. No quiso dejar explicaciones banales o poco descriptivas, generoso y atento pide que nos sigamos cuidando “es evidente que estamos en una pandemia que no se va a eliminar fácilmente, va a llevar su tiempo”.

Quiero agradecerle a la Dra. Luna por distinguirme con esta entrevista y decirle que siempre estamos apoyando a la Sociedad de Medicina Interna y al Colegio Médico de Tucumán. Fui un buen admirador del Dr. Carlos Fernández y considero que él cambió el rumbo y el contenido de la institución, que antes era un sindicato, y armaron un plantel de médicos muy especial, no pensando en los cargos, sino en cambiar la situación de sus colegas, mejorando al Colegio económica y financieramente y dándole un impulso científico importante que hoy continúa.

El Dr. Valderrabano junto a su esposa, también profesional médica, Dra. Luisa Áraoz.
El gran especialista y su esposa contaron que su familia se compone de sus dos hijas mujeres, Claudia y Constanza, y tienen 5 nietos y 4 bisnietos y uno más en camino.

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Si queres contactarte con el Dr. Recaredo Valderrabano, invitarlo a una charla sobre su especialidad o Vasculitis, comunicate con la Secretaría de Actividades Científicas seccientifica@colegiomedicotucuman.com.ar

O al Whattsap del CMT https://api.whatsapp.com/send/?phone=543816553085&text&app_absent=0